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Durante la mayor parte de la gloriosa India independiente, el Naan siguió siendo un manjar que se elaboraba en los hogares reales y de los nobles.
Cómo el Naan se convirtieron en el pan más apreciado de la India
Cómo el Naan se convirtieron en el pan más apreciado de la India

Los indios son perfectamente capaces de convertir cualquiera de sus panes planos, es decir, el roti, el chapatti, el paratha, el naan o el kulcha, en un rollo, un taco o un burrito en un instante con tan poco relleno como una generosa capa de ghee (mantequilla clarificada), nata, azúcar, etc.

Sin embargo, si hay un pan plano que se ha impuesto en la India en términos de adicción es el Naan. Desarrollado hace unos 2.500 años, el Naan se originó en virtud de un experimento, tras la llegada de la levadura a la India desde Egipto (donde la levadura se utilizaba para elaborar cerveza y hacer panes con levadura desde el año 187 a.C.).

Sin embargo, en la India, los panes eran principalmente chapattis y rotis gruesos que podían sobrevivir al menos una semana y se desarrollaron durante la cultura Harappan, cuando también se cultivaba el trigo.

Pero esta civilización tardó otros cien años en crear una variante de pan fermentado basada en el tandoor. Debido a su combinación con la cocina mogola y de la frontera norte, muchos creen que el Naan, al igual que los kebabs que proceden de Persia, fue desarrollado por los persas y los mogoles.

Durante la mayor parte de la gloriosa India independiente, el Naan, debido a su técnica de amasado y al uso de levadura, que en aquella época se limitaba al sector más rico de la sociedad, siguió siendo un manjar que se elaboraba en los hogares reales y de los nobles. Y aunque hay escasas menciones de que el naan llegó al hombre común a finales del siglo XVIII, el naan siguió siendo, y sigue siendo, un arte especializado del que sólo unos pocos estaban al tanto, y menos lo dominaban.